Beatriz Vega, tras formarse en psicomotricidad, empezó a trabajar en 2007 con mucha ilusión. Un trabajo de unas horas en la tarde, se convirtió en su profesión y actualmente imparte formación y ofrece terapia psicomotriz en el centro de Burgos.
¿Por qué decidiste especializarte en psicomotricidad?
Soy educadora social, psicopedagoga y monitora de ocio y tiempo libre. Ya trabajaba con niños en comedores, centros cívicos, CEAS…cuando descubrí la formación y entré por primera vez en la sala de psicomotricidad, me enamoré.
La psicomotricidad me aportó el cambio de mirada en los niños, la forma de observarles y entenderles. Adquirí una forma de acompañar con más fluidez, más facilidad y que genera un desarrollo de los niños muy armónica. Todo esto me atrajo tanto que entendí que era la forma de trabajar con los niños. Ahí hubo un cambio. Desde la psicomotricidad, al abrir ese cambio de mirada, el acompañamiento a los niños es más sencillo para saber qué les está pasando y dar salida a las necesidades de movimiento y aprendizaje que tienen.
¿Qué es lo que más te gusta de trabajar con niños?
La capacidad que poseen de vivir el momento y hacerlo con intensidad. Cuando vas con ellos caminando, se paran simplemente a ver una flor o a escuchar un pájaro. Tienen una capacidad de sentir, de conectar y de intuición muy especial. Además, me lo paso muy bien con ellos.
¿Qué formación se imparte en el centro de Burgos?
En Burgos se imparte el Máster de Psicomotricidad y seminarios cortos como el Dibujo infantil. También tenemos un grupo de supervisión de casos con personas que ya han realizado la formación, donde profundizamos tanto a nivel teórico como práctico. Además de la formación que impartimos en el centro, nos desplazamos a escuelas para dar formación en otras zonas de España.

¿Qué otras actividades lleváis a cabo?
Tenemos una parte de gabinete. Se trabaja con grupos de psicomotricidad educativa, reeducativa y terapéutica. Contamos con grupos de psicomotricidad en familia con niños pequeños, también vamos a las escuelas infantiles y hacemos psicomotricidad en los centros. Hemos trabajado con grupos de adultos, adolescentes e incluso grupos de tercera edad. Intentamos abarcar todo el ciclo vital, pero especialmente trabajamos la etapa 0-12 años.
¿Por qué recomendarías la formación en psicomotricidad?
Hay personas que hacen el máster teniendo claro que quieren ser psicomotricistas. Pero también hay un grupo numeroso que viene a hacer la formación de otras profesiones, con el objetivo de adquirir herramientas que les faciliten el trabajo con las personas. En la formación van a ir adquiriendo herramientas de observación, escucha, acompañamiento…generando recursos para poder aplicar en el trabajo o en la vida. Así mismo, hay una formación práctica, se hacen trabajos vivenciales en la sala.
A nivel personal es una formación muy rica porque ayuda a conectar con el cuerpo, explorar las diferentes capacidades, ver los límites…nos va dando flexibilidad, libertad, nos va ayudado a conectar con nuestro ser y nuestra identidad. Lo que se gesta en la formación ayuda en los diferentes entornos laborales pero también en la vida, nos ayuda a estar de otra manera.