Tras los primeros meses de vida, donde el niño ha desarrollado un apego con la madre, llega el momento de comenzar la escuela infantil. Este paso supone para el pequeño el primer contacto con el mundo social y, para una gran mayoría, es un proceso de difícil adaptación. A la llegada a la escuela infantil, los niños lloran desconsoladamente ante la demanda de la presencia de su madre. Con el paso de los días, encuentran en el educador la nueva figura de seguridad que va a atender a sus necesidades dando las respuestas que el niño necesita. Va adquiriendo, de esta forma, confianza con su nuevo entorno, aunque este tiempo de adaptación varía en función de cada niño.
El desarrollo psicomotriz en la escuela
Un correcto desarrollo psicomotriz en el niño de 0 a 3 años aporta grandes beneficios, tanto a nivel motor como cognitivo, social-afectivo y emocional. A través de la psicomotricidad, se puede favorecer el dominio del movimiento corporal para facilitar la relación y comunicación del niño con el entorno. También desarrollar su expresión y las habilidades motrices mediante el juego, y experimentar con diferentes materiales.
La motricidad gruesa y la motricidad fina
Los juegos de psicomotricidad ayudan a los niños a controlar su postura y equilibrio, ya sea de pie, sentado o tumbado. También son fundamentales para sus desplazamientos gateando o reptando en la primera etapa y saltando o corriendo en un momento más avanzado.
Además de la motricidad gruesa, vital en esa primera etapa, es muy importante el trabajo de la motricidad fina, que hará desarrollar una precisión y destreza con las manos y los dedos. Es en esta fase cuando los objetos comienzan a ser una prolongación del cuerpo.
Psicomotricidad cognitiva y emocional
Una vez desarrolladas las capacidades motrices más importantes, es fundamental trabajar el desarrollo cognitivo. A través de diferentes actividades en la escuela, se desarrolla en el niño la percepción de los objetos que le rodean y a su vez la atención y la creatividad.
En el ámbito emocional, el bebé en sus primeros meses de vida ya ha experimentado las comunicaciones con sus padres y la familia que le rodea. Esta comunicación incluso se establece antes de nacer con la madre que le siente como un ser independiente. La llegada a la escuela supone una evolución en ese desarrollo emocional. Allí comenzará a relacionarse con otros niños, mostrar sus emociones y sentimientos y conocer sus miedos para afrontarlos.
Psicomotricidad en la escuela infantil
El trabajo con especialistas en psicomotricidad en las escuelas infantiles es esencial para asegurar el desarrollo psicomotriz en la etapa infantil más temprana. Este desarrollo potencia habilidades psicológicas, emocionales y sociales. Además, el conocimiento de su propio cuerpo les ayudará como medio de expresión y conexión con el mundo exterior. Aprende todo lo necesario para desarrollar tu carrera como psicomotricista en Psicopraxis. Contamos con los programas formativos más profesionales del mercado.